FAROS Y FALSOS FAROS
El primer faro de la historia del que tenemos noticia fue emplazado cerca de Alejandría, hacia el siglo III a.C., por orden del rey Ptolomeo I, en un promontorio rocoso de la isla de Faros y de ahí viene juestamente su nombre: Faro. Este primer faro tenía una altura aproximada de 100 metros y era una de las siete maravillas del mundo antiguo.
El rico simbolismo del faro está asociado al de la luz, es decir que estamos hablando de un punto de emisión de luz que desde la distancia auxilia a los navegantes en las situaciones adversas. Por lo tanto, a este elemento lumínico debemos agregar la adversidad de los mares, las tormentas y sobre todo la noche, o sea la inseguridad de los océanos. Frente a este ámbito caótico y peligroso del mar, el faro aparece como símbolo de estabilidad, de fortaleza y de resistencia ante la furia de la naturaleza.
En otras palabras, el faro es una luz en la oscuridad que simboliza la seguridad, la protección y la esperanza.
Precioso