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La rigidez mental, el miedo que nos mantiene prisioneros

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ashur888
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Publicado el 2020/04/15 / En Conocimiento

Decía el filósofo Chartier “Nada hay más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una.” Poseer una mentalidad abierta, en búsqueda de nuevos conocimientos, ideas y experiencias es una tarea difícil cuando la falta de flexibilidad cognitiva no nos permite entender la realidad desde distintas perspectivas, desarrollarnos y afrontar los cambios: hablamos de la rigidez mental.
La rigidez mental es un patrón cognitivo y conductual que nos hace abordar cualquier situación de forma unidireccional, de manera inamovible y sin dar lugar a otras perspectivas e ideas. Las personas que siguen este patrón no asumen que existen otras formas de percibir el mundo y suelen mostrarse cerrados ante el cambio y siempre seguros de llevar la razón. Cuando se presenta como síntoma, es muy común encontrarlo en diversos trastornos como el Síndrome de Asperger o el Trastorno obsesivo-compulsivo.

Equivocarnos y no tener miedo a afrontarlo es lo que nos hace aprender, asimilar nueva información y desarrollarnos. La rigidez mental no nos permite abandonar estos patrones inflexibles y vivir sin miedos, sabiendo quiénes somos y cuáles son nuestras fortalezas, que muy en contra de ser dañadas por nuevas ideas o situaciones, pueden salir enriquecidas por estas.

El pensamiento divergente es el razonamiento sin límites que plantea múltiples respuestas a un mismo problema y que está muy conectado a la creatividad. George Land y Beth Jarma quisieron estudiar este tipo de pensamiento en la población y para ello, llevaron a cabo un experimento longitudinal en el que haciendo preguntas muy simples, comprobaron el grado de creatividad en las respuestas de 1500 participantes en edad escolar.

Sorprendentemente, los resultados indicaron que los únicos participantes que alcanzaron una alta puntuación fueron niños de etapa infantil en un 98%, mientras que a los 10 años la cifra descendía al 30% y desafortunadamente a los 15, sólo un 12% de los participantes conseguía alcanzar este nivel de genialidad en las respuestas.


Somos educados de una manera muy polarizada, orientados a objetivos concretos que cierran puertas al pensamiento creativo y cuando llegamos a la edad adulta, nuestro propio concepto del mundo puede lleno llenos de prejuicios, estereotipos y creencias muy arraigadas en nuestra percepción de la realidad, dando lugar a la rigidez mental.

Este patrón rígido de pensamiento no es más que una manera de protegernos a nosotros mismos, una forma de resistencia psicológica ante la incertidumbre que se apoya en el miedo a lo desconocido.

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