? Aprender de los niños (2) -- Los ingredientes de la plenitud 5
A medida que maduramos de adolescentes a adultos, la responsabilidad recae sobre nosotros como un camión con un conductor dormido. Los niños no tienen que preocuparse de dónde vendrá su próxima comida o de la seguridad de su trabajo cuando ha habido cambios en la empresa. Sus necesidades básicas se satisfacen, a menudo sin agradecimiento, sin que llegue a preguntarse cómo se produce esa magia.
Como adultos, siempre vamos a sentir la presión de ganarnos la vida, pero podemos minimizar esa presión aprendiendo a estar contentos con lo que tenemos. ¿Hasta qué punto vamos a ser más felices con mil, dos mil, diez mil euros más al año? ¿Vale la pena trabajar constantemente hasta altas horas de la noche y privarse del sueño para conseguirlo? La mayoría de nosotros sabemos intuitivamente la respuesta correcta a esta pregunta y, sin embargo...
Antes de aullar con furia porcina sobre detalles técnicos de los vídeos, te invito a que leas el siguiente decálogo:
http://fabiancbarrio.com/decalogo.html
La única rebelión posible es la personal. Cuando lo acepta, ese desgraciado individuo, conocido con el nombre de hombre, arrojado muy a pesar suyo en este rincón del Universo, es capaz de sembrar al fin algunas rosas en las espinas de la vida.
Soy Fabián C. Barrio, el viejo lesbiano que ulula sobre una roca en mitad del Mediterráneo. Escritor y viajero chipriota. Overlander majestuoso. Hablo para vivir. Soy el Alcalde.
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Cómprame este libro, desgraciado:
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